Tinta china sobre opalina (tamaño carta)
2013
Parecería que reconocer que no se sabe es declararse en ignorancia. Pero ante una experiencia que jamas se ha vivido, que se vive siempre por primera vez y que no se volverá a vivir, se puede observar algo que quizas siempre ha sido autoevidente: No hay dos momentos iguales que podamos experimentar. La experiencia pasada y el conocimiento pueden ser posibilidades utiles, pero no tiene porque ser inminente el aplicarlse. Sabiduría puede ser recordar que al no saber, sobre algo que es nuevo, se abre un infinito espacio de posibilidades en las formas que podemos interactuar en el momento presente, la inocencia.
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